
Quique Setién, visto por Bernini.
Va quedando claro que Quique Setién es el nuevo Paco Jémez del sanedrín futbolero. Su sucesor en el trono del Buen Fútbol, frente al cual toda victoria de equipos ricos será considerada bastarda, aunque quien venza acredite sangre tan azul como el Real Madrid, o justo por eso. Setién es un entrenador notable, y plantea un juego de posesión tan desinhibido como el de aquel Rayo, lo cual basta para ameritar lo que definiríamos como síndrome de David: su honda tumbará o no al gigante, pero en el relato moral sale siempre ganador.
Sin embargo, los rabinos del toque -el tiquitaca es otra forma de la cábala- olvidan que para que existan los matagigantes deben existir antes los gigantes. Y el Madrid es el más alto de ellos porque está subido encima de una montaña de trofeos, no de estilos.
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