
Habrá muchos votantes de Ayuso que no comprendan por qué no secunda la moción de censura propuesta por Vox y Cs.
-Un gatillazo de los constitucionalistas no sirve. Lo que sirve es una revolución en las urnas -afirmó ayer en el micro de Herrera.
Habrá muchos votantes de Ayuso que no comprendan por qué no secunda la moción de censura propuesta por Vox y Cs.
-Un gatillazo de los constitucionalistas no sirve. Lo que sirve es una revolución en las urnas -afirmó ayer en el micro de Herrera.
El domingo empezó el adviento, que es el tiempo litúrgico preparatorio de la navidad, que es una festividad importante de una religión llamada cristianismo. Aunque Oscar Wilde sospechaba que seguía inédito, especialmente en la porción de planeta identificada con la cristiandad, debemos agradecer al cristianismo real que nos haya enseñado a distinguir los patrones de cualquier religión organizada cuando la vemos en acción, sustituyendo el antiguo credo por otro pero reproduciendo fielmente sus jerarquías morales, sus tabúes sagrados vigilados por mentes literales y sus mecanismos de condena y redención. El sapiens es un animal inevitablemente religioso porque su éxito evolutivo procede de su capacidad para reagruparse en torno a una comunidad de valores transmisibles. Y por eso las llamadas guerras culturales no son otra cosa que guerras de religión.
Quizá lo que sucede no es tanto el regreso del bipartidismo como la nostalgia de la autenticidad. El bipartidismo se quebró cuando su discurso de madera dejó de ser creíble para demasiados, que prestaron oídos a la retórica vibrante de los nuevos partidos. Cuando esa bengala dejó de chisporrotear, los ciudadanos escarmentados han seguido buscando verdad en la política -se olvida que el primer interés del votante es que no le engañen-, pero ya no la encuentran tanto en las siglas como en las personas. Por eso Feijóo, Ayuso o Moreno han cimentado sus triunfos autonómicos en una marca personal más que en la del PP. El partido debe aportar estructura y coherencia, pero cada vez gana más el candidato.
El PP está en el desfiladero de las Termópilas, solo que los persas no son sanchistas sino casadistas. Los lidera todavía un conocido vigoréxico de Murcia que de momento enfrente solo tiene a una masa de descontentos desorganizados bisbiseando su desazón y exigiendo cabezas desde el sofá. Hablar, lo que se dice hablar, han hablado las de siempre: Esperanza y Cayetana. El resto está chateando muy enfadado y transmitiendo consignas a tertulianos, fórmula segura para la derrota que brindará, eso sí, nuevas ocasiones de seguir chateando muy enfadado y seguir transmitiendo consignas.
Quizá ya se haya dado cuenta Pablo Casado de que disparar a tu mejor soldado es como hacerlo sobre tu propia sien. En política el muerto equivale al cornudo -suele ser el último en enterarse-, pero ni siquiera las gruesas paredes de Génova, compactadas por la mediocridad e insonorizadas por la cobardía, pueden aislar ya al difunto de la clamorosa plegaria que se eleva en su nombre desde las calles de Madrid, rompeolas de todas las Españas.
Divierte estar en la hamaca, mirar al chulo exhibiéndose en la orilla y descubrir el tsunami que se forma a sus espaldas. En realidad no es divertido, porque el tsunami también volcará nuestra hamaca, pero siempre podremos contar que nosotros lo vimos venir. Hablo del espectador liberal agotado, del frívolo postureo de la izquierda aún en el poder y de la gigantesca ola conservadora que se viene encima. Hablo de España, que para eso tiene más litoral que nadie, pero no solo de España.
No hace falta ser Robert Michels, el politólogo alemán que formuló la ley de hierro de la oligarquía, para comprender por qué a los jefes de partido no les gustan los solistas. Según Michels, quien fácilmente habría deducido su ley de una somera ojeada a la jaula de los orangutanes del zoo de Colonia, toda organización es oligarquía, y todo miembro ascendido a la condición de oligarca conspira para evitar la emergencia de nuevos líderes que amenacen su posición. De modo que el recelo de Casado hacia Ayuso o el de Sánchez e Iglesias hacia Yolanda Díaz es el mismo: se deriva de su estatus insomne de primates alfa. Da igual que se alce el puño o que se vaya a misa: todo líder es conservador porque vive obsesionado con la conservación de su puesto.
GAZPACHO CON TABASCO
blog personal de un cierto jarroson
“Cada vez que se encuentre usted del lado de la mayoría, es tiempo de hacer una pausa y reflexionar”. M. Twain
“Cada vez que se encuentre usted del lado de la mayoría, es tiempo de hacer una pausa y reflexionar”. M. Twain
you are so cute when you are frustrated, dear
“Cada vez que se encuentre usted del lado de la mayoría, es tiempo de hacer una pausa y reflexionar”. M. Twain
“Cada vez que se encuentre usted del lado de la mayoría, es tiempo de hacer una pausa y reflexionar”. M. Twain
“Cada vez que se encuentre usted del lado de la mayoría, es tiempo de hacer una pausa y reflexionar”. M. Twain
“Cada vez que se encuentre usted del lado de la mayoría, es tiempo de hacer una pausa y reflexionar”. M. Twain
“Cada vez que se encuentre usted del lado de la mayoría, es tiempo de hacer una pausa y reflexionar”. M. Twain