
Que el fundador de Bandera Roja en Zaragoza, escisión maoísta del PCE, terminara convertido en el periodista más influyente de la derecha democrática española desde la Transición hasta nuestros días puede sorprender a los sexadores ideológicos más superficiales. Pero quienes se hayan asomado a sus primeros textos y los cotejen con su recién publicado El retorno de la derecha (Espasa) descubrirán, por debajo de las inflexiones de la coyuntura política, un bajo continuo en la trayectoria de Federico Jiménez Losantos (Orihuela del Tremedal, 1951) que nunca ha dejado de servir a dos pasiones insobornables: la idea de España y el anhelo de libertad. Losantos se hizo comunista porque a comienzos de los 70 era la única manera honesta que el hijo de un zapatero de una aldea de Teruel tenía de comprometerse con la libertad política frente al régimen franquista. Y dejó de ser comunista cuando constató decepcionado, China y Solzhenitsyn mediante, que la izquierda catalana prefería alinearse con la burguesía nacionalista de pulsión hispanófoba antes que con las clases populares de cultura castellana que habían labrado la prosperidad de Cataluña. Visto así, el viaje a la derecha liberal de FJL sorprende mucho menos.