Archivo de la etiqueta: crítica artística

La nueva Galería de las Colecciones Reales

Dicen que a Madrid le falta un icono incontestable. Que carece de un anfiteatro romano, una torre de hierro puntiaguda, un puente colgante sobre un caudaloso río o una sirenita de bronce posada sobre una piedra. Pero cualquiera que acceda al Campo del Moro por el paseo de la Virgen del Puerto dejará de buscar alternativas a la imagen más elocuente y poderosa de la capital. Allí, dominando la cornisa de poniente que desciende entre los parterres del jardín hasta más allá de la fuente de las Conchas, se alza la milenaria sede de la historia de Madrid, que es la de España. Allí erigieron los árabes su fortaleza fundacional en el siglo IX, relevada por el alcázar de los Austrias, sustituido con los Borbones por el palacio real más grande de Europa occidental.

Leer más…

Deja un comentario

28 mayo, 2023 · 17:31

Cómo leer (entero) el ‘Ulises’ de Joyce

Aunque el centenario de la publicación de Ulises se celebró el año pasado, es pertinente leerlo y comentarlo en el año Picasso: al fin y al cabo el impacto del irlandés en la literatura es comparable al del malagueño en la pintura. «Joyce se destruyó al convertirse en un genio», ha dicho John Banville. Y ciertamente uno cierra el libro totémico con la convicción de que el autor ha ido demasiado lejos, más lejos de lo que había ido ningún narrador antes que él y de lo que pueda hacerlo ningún otro después. Tras Joyce la literatura quedó hecha pedazos, y los que han venido luego ya solo serán eso: epígonos.

Leer más…

Deja un comentario

12 abril, 2023 · 8:25

Septiembre

Cada septiembre volvemos a la guerra, pero a la trinchera se ha de ir como se va a la oficina: sin rencor y sin petulancia. Es preciso imaginar a Sísifo dichoso, advirtió Camus, y uno debe tenerlo presente cuando llega de la Florencia de los Médici ala España de Sánchez. Confieso que he entrevisto la posibilidad olímpica -escalofriante- de renunciar al presente, de no opinar de nada ajeno al Renacimiento italiano, con el gusto estragado de belleza, porque eso del síndrome de Stendhal lo han malinterpretado los cursis: no es un éxtasis sino una amenaza, presentimiento de muerte, enmudecimiento ante la imagen de la eternidad. Por eso cada septiembre urge reponerse de lo bello, y para eso contamos con la ayuda inestimable del sanchismo.

Leer más…

Deja un comentario

5 septiembre, 2021 · 21:30

Tiziano os respeta

Todo empezó en Venecia, donde el 23 de febrero de 2020 se canceló el carnaval por primera vez en mil años y donde el 27 de agosto de 1576 murió Tiziano Vecellio, después de cambiar la historia de la expresión humana. La peste y el arte, la muerte y el sexo, la atonía y el color anudan la danza salvaje de nuestra condición en ningún sitio como en El Prado. Se expone al exponerlas a los ojos birojos de la pacatería interseccional, donde militan los entendimientos nublados por el humo de sus propias teas incendiarias. Pero Madrid se niega a ocultar su tesoro ni ante el virus ni ante la estupidez.

Leer más…

Deja un comentario

8 marzo, 2021 · 11:55

El síndrome de Gauguin

15956023509067

Tita, hijo y Gauguin.

Viene un tiempo feo sin síndrome de Stendhal pero con síndrome de Gauguin, aquel pintor francés que se tomó verdaderamente en serio la crisis de los cuarenta. Gauguin, se nos dice, dejó una vida de corredor de bolsa sobre el alienante asfalto de París para entregarse al arte por el arte en el edén polinesio. Podríamos verle como un sucesor de Thoreau, solo que sin puritanismo, o como un precursor de Greta Thunberg, solo que con talento. Lo que se nos oculta es que Gauguin no encontró precisamente la felicidad en las paradisíacas islas Marquesas, donde murió sifilítico perdido, abandonado por los marchantes y deprimido hasta el intento de suicidio. Así que el síndrome de Gauguin no debería servir para alentar el deseo infantil de retroceder al confort uterino cuando el adulto alcanza el arduo ecuador de una vida secuestrada por el capitalismo, sino para advertir de que esa huida puede acabar en un infierno peor que el purgatorio del que se pretende escapar cuando el problema lo tiene el afectado y no su entorno. Son innumerables las novelas y películas escritas con este argumento, por no hablar de los beneficios que esa garrafal pulsión emancipatoria ha reportado a los concesionarios de coches pintureros y a los bufetes de abogados matrimonialistas.

Leer más…

Deja un comentario

26 julio, 2020 · 22:38

El Prado: el arte de volver

15914624351226

Edén.

Los museos se inventaron para reservar un espacio a las cosas valiosas. Para conceder a la belleza o al menos a la curiosidad una habitación propia. Los museos son espacios protegidos y ordenados dentro del espacio salvaje y caótico de la ciudad. Pero hay un museo que es distinto de los demás porque no se define en relación con el espacio, sino en relación con el tiempo. Sus salas no acumulan y disponen cosas bellas con mayor o menor armonía. Sus salas exhiben el tiempo mismo. Solo hay una cosa que Saturno no puede devorar: lo que Tiziano o Goya hicieron con él.

Por eso El Prado es único. Porque en los espejos de sus obras maestras se detiene a mirar la historia del arte, que es la historia del hombre. Sus paredes devuelven el reflejo de lo que fuimos cuando no lo sabíamos, de lo que somos y no queremos reconocer y hasta de lo que soñamos sin atrevernos a serlo. Pintores de pintores se desafiaron a través de los siglos para capturar el tiempo humano en un lienzo y lo lograron. A un costado del bullicioso paseo que lleva su nombre están inmortalizadas todas las vidas posibles, de las más sublimes a las más oscuras. Rey o bufón con Velázquez. Pecador con El Bosco o santo con Zurbarán. Muertos todos para Bruegel o delicadamente ascendidos al cielo por Murillo. El Prado habla del tiempo en que la monarquía española dominaba el mundo, y también del tiempo en que ajusticiaba a sus héroes, pero sobre todo le habla al espectador de hoy. Su colección está viva, se compone de obras que se comunican entre sí cuando cae la noche y las puertas se cierran. Nunca desde la Guerra Civil habían permanecido tanto tiempo cerradas. Ahora se reabren, Madrid se desconfina y entretanto los cuadros de El Prado se han movido para contar su historia perenne de una forma nueva. Volver también es un arte.

Leer más…

Deja un comentario

7 junio, 2020 · 11:47

Descendimiento

15865368128877

Un estudio del dolor.

Confinada en una tabla demasiado pequeña para la grandeza del drama que representa, la escena que Rogier Van der Weyden talló más que pintó en El descendimiento lleva seis siglos interpelando a su destinatario. Que no es el gremio de ballesteros de Lovaina que lo encargó sino que somos todos, porque todos conoceremos el sufrimiento. Una obra maestra lo es porque no termina de decir lo que tiene que decir; porque cada generación, al enfrentarse a ella, le añade un significado propio. Miramos el cuadro un Viernes Santo de 2020, con la mitad de la población del planeta obligada a permanecer en casa por la amenaza de una pandemia que habrá acabado con cientos de miles de personas y arruinado a muchos millones cuando concluya su paso exterminador. Si nos acercamos comprobaremos que el más profundo estudio del dolor humano del siglo XV reviste plena actualidad en el XXI.

Leer más…

Deja un comentario

12 abril, 2020 · 22:12

Del amor y sus edades

15816947096756

Enigma.

Clavó el símil Gimferrer porque la mecánica del amor es tan vasta como el océano, pero la edad ayuda a sacar algunas conclusiones. Al delicado asunto de quererse le corresponden quizá tres fases artísticas. Por una ingenua confusión entre la química y la poesía que se comprende más tarde, al amor se accede por el romanticismo. Pinitos becquerianos, candados en un puente, pop lastimero, falta de apetito y hasta navajazos a un árbol. Esas muescas platónicas hoy se inscriben en la red: los tecnoadolescentes actuales llaman crush a esa tierna afección que se crece en la falta de correspondencia no de la persona deseada, sino del amor propio. Las tonterías que llegan a hacerse en semejante estado son inenarrables. Ortega, que define el amor como la entrega por encantamiento, sostiene que eso ocurre porque la atención que roba el ser amado se resta de nuestro suministro habitual de inteligencia. El coeficiente sufre una mengua drástica. Esto se advierte muy bien desde fuera, pero conviene ser piadoso con los infectados.

Leer más…

Deja un comentario

17 febrero, 2020 · 10:47