
¿Por qué no acaba de caer bien?
Se rumorea que Pablo Iglesias no termina de caer bien y yo no termino de entender por qué. Lo afirma el CIS, lo transmiten informes internos de Podemos, lo demuestra la recuperación de voto que ya atribuyen a Pedro Sánchez. El Renacido igual acaba riendo el último, es decir, devolviéndole a su previo burlador la vengadora sonrisa del destino. «Caemos de manera preocupante», reconoció Carolina Bescansa ante el sanedrín, del que ya no sabemos si ella forma parte, porque allí donde están Pablo e Irene, la santísima dualidad de Podemos, no cabe espíritu que complete la trinidad. Dos son compañía, tres son multitud y el resto es Gente.
El partido malva no se explica cómo hay españoles, e incluso españoles de izquierdas, a los que no alcanza el haz de carisma del líder, y medita fórmulas para reconstituir la declinante simpatía hacia el compañero secretario general. Sus asesores no habrán leído a Eugenio D’Ors pero se ciñen a su elegante consejo: «Hasta en la abyección hay que mantener las formas». El problema es que eso ya se intentó antes de dos elecciones y no dio resultado, y se comprende, porque Suárez no legalizó a los comunistas para que tengan que andar camuflándose 40 años después.
El bueno (Montoro), el feo (Espinar) y el malo (Moix) en La Linterna de COPE