
Hay pocos científicos cognitivos más respetados en el mundo que Stanislas Dehaene (Roubaix, Francia, 1965), pionero de la neurociencia del lenguaje verbal y matemático. Ha dedicado su vida a decodificar el funcionamiento de la mente humana, logrando avances significativos que ha detallado en El cerebro lector, El cerebro matemático o Con ustedes… ¡nuestro cerebro!Ganador del Brain Prize, equivalente al Nobel en su disciplina, Dehaene asesora a Emmanuel Macron en política educativa y ha ejercido su magisterio sobre una nueva generación de neurocientíficos en la que brilla especialmente Mariano Sigman (Buenos Aires, 1972). Maestro y discípulo conversan con Papel, entre otras cosas, sobre lo que significa conversar. Y enseñar, leer, memorizar y vivir.
El cerebro es la obra maestra de la evolución, y de algunos milenios de cultura. Escribe: «Aceptarlo es una lección de humildad, tolerancia y buen humor». No todos se lo tomarán así…
Es una idea perturbadora, pero es lo que hay: aceptarlo es mera honestidad intelectual. Hay que mirar al cerebro de frente, cara a cara, con humildad. Pero también con la admiración con que miramos la galaxia: es un órgano maravilloso, que no nos reduce, sino que posee una complejidad y esplendor que no es comparable ni de cerca al de ningún ordenador. Y esta maravilla resulta de millones de años de evolución y de la cultura que el cerebro mismo produce.