
Escucha, hombre, mujer de poca fe: cuándo aprenderás a creer. Qué más hace falta para que entregues de una vez las armas romas de tu escepticismo. Cuántas Copas de Europa hacen falta para tumbar tus dudas, para enterrar tu prudencia, para quemar todas las vendas que te pones antes de la herida que no ha de llegar.
¿Acaso catorce no te parecen suficientes?