
Stuart Mill. Un liberal leyendo es el colmo de la subversión.
Manuel Arias Maldonado (Málaga, 1974) no es un politólogo sino un filósofo político. La diferencia entre ambos oficios es la misma que separa al interiorista del arquitecto. Arias es un académico cuya kantiana ambición es toda la que quepa en la consideración científica de la política. Su trabajo trasciende el corral patrio para dialogar con homólogos extranjeros sobre desafíos estructurales de la democracia occidental. Cabe resumirlos en uno: el giro afectivo que alienta en la emergencia de populismos, identitarismos y otros ismos primiseculares. Este libro es el acta más exhaustiva que se ha levantado sobre la sentimentalización de la política, y no solo porque conste de 71 páginas de aparato crítico.
El optimismo ilustrado ha sido desmentido por los últimos descubrimientos de la neurociencia (por si hiciera falta alguna prueba añadida al mar de sangre del siglo XX). No somos lo que los ilustrados creyeron que seríamos. En realidad nunca fuimos racionales. Somos sujetos postsoberanos en quienes la emoción suplanta sistemáticamente a la razón en la toma de decisiones. Cuando el establishment amenazado por el populismo de izquierdas o de derechas parece refugiarse en el despotismo ilustrado o cuestiona el sufragio universal, el autor propone partir de la aceptación de nuestra condición para mejorar la democracia sin sustituirla ni por el elitismo ni por la revolución.