Padrecito Pablo

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Padres de la patria.

Describimos el antagonismo Rajoy-Iglesias en términos no solo ideológicos sino generacionales, algo como el conflicto entre padre pureta e hijo rebelde. Un ejercicio tan tentador como perezoso, que obvia la similitud alfa entre ambicioso consumado y ambicioso aspirante. Pero mientras que Rajoy no tiene ya nada que demostrar, Iglesias, con un par de años de experiencia parlamentaria y una tesis en movidas callejeras contra agentes antidisturbios, se comporta como si se hubiera ganado el derecho a explicar el funcionamiento del mundo a todos los españoles, a excepción de aquellos que integran o integraban el Comité de Garantías de su partido, camaradas desavisados que estos días se buscan en la foto de Vistalegre II y encuentran su cara borrada y un candado en su pupitre. Alguien ha decidido que ya no jugarán más, se entiende que por su bien. Podemos retoma así la rancia tradición del paternalismo político, con don Pablo de padrecito en jefe.

El padre ideal divierte a sus hijos al tiempo que los educa, y en ocasiones los reeduca, pero con una sonrisa amantísima que quiere decir: «Vosotros no sabéis lo que os conviene, pequeños». Un político paternalista entretiene a sus tiernos votantes con memes de Juego de Tronos para hacerles tragar las acelgas institucionales de un tedioso pleno para adultos. Un político paternalista hace y deshace en los órganos de su formación porque los demás comerán huevos cuando sean padres. Y un político paternalista se reúne en secreto con otro padre de naciones en casa de un capitalista anticapitalista deseoso de lavarse la culpa financiando la revolución pendiente, pero no necesita informar de esa reunión porque los designios del porvenir conciernen únicamente a quienes se dedican por entero al pueblo.. pero sin el pueblo.

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1 comentario

4 septiembre, 2017 · 10:21

Una respuesta a “Padrecito Pablo

  1. Prohibodos los publicistasi

    No me parece que Roures esté ansioso porque le perdonen nada: su militancia trotskista es un rito de paso para gente bien/bien como el presidente del fondo monetario internacional que calló ¿o le hicieron caer? hace pocos años del pedestal. Mire su currículo: ahí está su trotskismo entre las demás etapas de su cursus honorum. La tesis agitadora del discipulillo es lo más natural del mundo.

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