
Otro sicario de Flóper.
Finalmente se confirmó el amaño del sorteo que varios medios venían profetizando desde 1902 y el Real Madrid pudo elegir a su rival en cuartos de final de la Champions. Florentino Pérez escogió esta vez al Bayern de Múnich para poder devolverle a Xabi Alonso el vinilo de Belle & Sebastian que se dejó olvidado un día en la guantera del autobús. Se rumorea que aprovechará igualmente el cruce con los bávaros para entregarle al devoto Ancelotti una postal del skyline de Toledo firmada por el cardenal primado.
Es igual lo que ocurra. Los hechos tienen hoy tanto prestigio como el colesterol. El conspiranoico ibérico seguirá pensando que el Real Madrid amaña sorteos como cree a pies juntillas en la trama de puros y chisteras garabateada por don Iglesias y en la orgía con mermelada y perro de aquella fan de Ricky Martin. El caso es que a Zidane le toca medirse con su mentor en la temporada de la Décima, dos técnicos de escuela italiana e impar experiencia que ofrecerán la eliminatoria más ardua y espectacular de todas. No parece descabellado arriesgar que de semejante Mühlberg saldrá el ganador del título.
El bueno (Urkullu), el feo (De la Serna) y el malo (Mayer) en La Linterna de COPE