
«¡Que participes!»
Don Gregorio Planchuelo, director general de una cosa llamada Participación Ciudadana, me informa por carta y de tú a tú (al usted en la nueva política le ha pasado lo que al castellano en la Cataluña administrativa) de que parte del presupuesto municipal ahora se va a destinar «a lo que decida la ciudadanía». Y para que conste que yo mismo pertenezco a semejante abstracción, don Gregorio me facilita un código personal para acceder a la plataforma decide.madrid.es, desde la cual puedo incluso «hacer propuestas de gasto y dar apoyo a las iniciativas de otros ciudadanos». Y ciudadanas, por supuesto.