
Escrutinio.
No se libra Zinedine Zidane de la fiebre demoscópica que padece España, vieja nación ya solo vertebrada por las encuestas. La casa de encuestas Sigma Dos preguntó al pueblo por el técnico del Real Madrid en el momento más delicado de la temporada, tras perder con el Mallorca y cuando afrontaba el partido de Champions contra el Galatasaray bajo la amenazante sombra de Mourinho, el único entrenador cuya ausencia impone más que su presencia. Al menos en el Madrid. El caso es que los encuestados aprueban con nota al francés -más quisiera Sánchez sacar ese 5,8- y solo el 31,2% cree que no llegara a mayo en el banquillo de Chamartín. De modo que Zidane tiene crédito entre el pueblo y no ha dejado de tenerlo en el palco, desde donde como mucho se limitan a enviarle pellizcos paternales. Porque todos sabemos que Florentino es el padre, Zidane es el hijo y seguramente Butragueño es el espíritu santo. Tres personas, una sola naturaleza y decenas de teólogos de tertulia deportiva discutiendo el enigma de su santa relación.
El pueblo mantiene pues la fe en Zidane, pero la duda acecha la fe del justo si no la acompañan las obras, o los resultados. La suspensión del clásico ha brindado al equipo un tiempo precioso de retiro y meditación. Y queremos creer que el derbi contra el Leganés del miércoles no representa una prueba demasiado dura. Pero esas pruebas llegarán, y en función de lo que entonces haga el Madrid habrá que correr a encargar encuestas nuevas.