
Avistador.
Ayer tuve ocasión de escuchar a Tezanos hablar de los principios de Pedro Sánchez. Sucedió en lo de Ana Rosa, donde es sabido que puede suceder cualquier cosa, incluso que alguien aviste los principios de Sánchez. Ana Rosa debería plantearse rebautizar su programa como Área 51.
El caso es que se me ocurrió preguntar al bueno de don José Félix cómo afectaría al electorado del PSOE que Sánchez aplicara el 155. Fue entonces cuando nuestro sociólogo de cabecero -el cabecero del colchón de Moncloa- restó relevancia a las consecuencias electorales del 155, pues Pedro Sánchez se mueve «por principios». Lo que Tezanos no especificó es que se mueve por los principios de los demás, y por eso resultan tan móviles como los criterios metodológicos del CIS: siempre al gusto de su cliente, que para eso le puso ahí y que no cambia de principios porque nunca los ha tenido, razón de que se vea obligado a plagiarlos. Todo en Sánchez se explica por el plagio, del doctorado a la trayectoria política. Primero le plagió el discurso populista a Pablo Iglesias para recuperar el poder en Ferraz y atraer a los separatistas a la moción de censura. Y ahora que retoña la insurrección en Cataluña se dispone a plagiarle el discurso antinacionalista a Albert Rivera.