
Picaresca transversal.
Recién celebrado el 26-J, Carolina Bescansa concedió una entrevista a Ana Rosa y pintó el consabido aguafuerte goyesco a propósito de la corrupción del PP. Cuando me llegó el turno le pregunté por qué un partido atravesado por la corrupción le sacaba en las urnas tres millones de votos al partido de la sonrisa. Es una pregunta que me ronda hace tiempo, y sospecho que tiene su interés. La señora Bescansa corroboró la pertinencia de mi curiosidad con el encabezado de su respuesta: «Es una excelente pregunta». No recuerdo cómo seguía, pero me quedé con esta parte, quizá porque uno no está a salvo de inseguridades y siempre reconforta que una voz autorizada ratifique la congruencia de nuestros argumentos.
Hoy empieza el juicio de las tarjetas black, y me malicio que despertará cierto interés mediático. La fortuna en este caso ha sonreído a izquierda y a derecha, porque aquí hay mierda para todos, lo que se dice mierda transversal. De tal modo que las tertulias de izquierdas se fijarán en Rato y Blesa y las de derechas en el sindicalista Baquero o en el consejero de Izquierda Unida apellidado paradójicamente Moral Santín, que quemó plástico negro por un importe de 456.522,20 machacantes, que ya hay que haberse reconciliado con el capital para semejante desahogo.






