Archivo diario: 9 noviembre, 2015

Carmena en el Bernabéu

Casta de viejo y nuevo cuño.

Casta de viejo y nuevo cuño.

En su crónica del Madrid-PSG se preguntaba Hughes si sufrió Manuela Carmena cuando Nacho marcó el gol. La pregunta es pertinente porque doña Manuela, que por algo se hizo jueza, nunca ha podido con la injusticia y se trataba de un gol injusto: no solo porque era un pase, sino porque instalaba en el marcador una ventaja no merecida a tenor del juego exhibido, por decirlo suavemente.

Ya es mala suerte que la primera vez que doña Manuela pisa el Bernabéu -su diabólico palco, en concreto- presencie un espectáculo tan poco equitativo como el que deparó la victoria del Real Madrid sobre el equipo de su homóloga Anne Hidalgo. Habría disfrutado más con el empate del derbi, pues un empate siempre transmitirá al alma de progreso cierta idea -así sea numérica- de igualdad, pero respecto de ese partido tan madrileño la alcaldesa declaró una perfecta indiferencia. Ahora que al fin condesciende con entretenimientos banales tiene que soportar una iniquidad notoria. Porque los de Benítez debieron irse apalizados del Bernabéu y resulta que han pasado a octavos de final encabezando el grupo. ¿Tomará medidas?, inquiría el cronista.

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9 noviembre, 2015 · 11:14

Tú eres Pedro (Sánchez)

Sobre las canas de Pedro edificaremos el pasado del PSOE.

Sobre las canas de Pedro edificaremos el pasado del PSOE.

Llamarse Pedro parece un buen comienzo para liderar un proyecto ambicioso, sea la Iglesia Católica o el Partido Socialista Obrero Español. En cambio apellidarse Sánchez tiende a estropear cualquier augurio. De Pedro Sánchez muchos -cada vez más- critican que acierte principalmente cuando rectifica, la última vez esta semana, que inauguró adjudicando en televisión al PSOE la ley del divorcio y reconociendo al día siguiente en radio que fue cosa de la UCD y que él entonces tenía nueve años. Normal que no se acordara.

En todo caso si los errores de don Pedro se atuvieran al pasado del país no sería grave, porque para eso están los historiadores. El problema es que atañen a su futuro, que es para lo que deberían estar los políticos. Así, el aspirante socialista a La Moncloa promete derogar en parte la reforma laboral y luego derogarla entera; anuncia que extirpará la religión de todos los colegios y más tarde solo de los públicos; forma lealmente junto al Gobierno para plantar cara al separatismo catalán y a continuación censura a Rajoy por ceñirse a vías judiciales y desechar las políticas. El sanchismo es una fábrica de arrepentimiento más productiva que el más sórdido adulterio. El sanchismo se nos antoja el único movimiento político al que cabe pedir no más autocrítica, sino menos. No mayor humildad, sino alguna autoestima.

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9 noviembre, 2015 · 11:08

Últimas jaculatorias con Rajoy (o no)

Rajoy frente a Rosell en el foro de EL MUNDO.

Rajoy frente a Rosell en el foro de EL MUNDO.

Es normal que los cronistas citen a los políticos. Es menos normal que los políticos citen a los cronistas. Pero lo que de ningún modo parece oportuno y conveniente -por recurrir a una adjetivación característica del personaje- es que un presidente del Gobierno abra un coloquio organizado por EL MUNDO confesando que regaló un libro de Ignatieff «al señor Bustos, que antes me había enviado el suyo». Eso es tomar rehenes, presidente. Uno no es de piedra y soy especialmente sensible a los lectores que me dan trato de señor, por no hablar de los que me hacen regalos.

La historia de mi secreta correspondencia libresca con Rajoy en todo caso ya está contada en estas páginas y si salió a colación es por la sentencia de Ignatieff que Francisco Rosell lanzó a la cara de don Mariano muy pertinentemente a cuenta del sindiós catalán: «Si adoptas la prudencia como lema, el coraje te abandonará cuando llegue el momento de mostrarlo».

Pero las apelaciones ígneas a la acción se evaporan al contacto con la flema galaica que Rajoy ha convertido en estilo político, el llamado marianismo: «A veces el Gobierno tiene que tomar decisiones. Y a veces -aquí pausa dramática- el Gobierno tiene que NO tomar decisiones». Cuando recita una de estas jaculatorias reprime una íntima satisfacción que sólo unos pocos marianólogos advertimos, porque la marianología es arte arcano y esotérico de difícil aprehensión.

El resto de la sala o del hemiciclo se suele dormir. Yo miré al asiento de Anson, por si acaso, pero don Luis María seguía atentamente la escena al lado de Boadella, cuya melena luce tanto más blanca en Madrid cuanto más se ensombrece el rostro de la Moreneta en Cataluña. Por cierto que la retórica marianista, hecha de tautología y verdades del barquero, encuentra un precursor nada menos que en Ortega y Gasset, a quien se había encomendado el presidente en su intervención inicial: «No sabemos lo que nos pasa y eso es precisamente lo que nos pasa». Puro marianismo.

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9 noviembre, 2015 · 11:05