
España se precipita al abismo del oscurantismo y la regresión. Urge actuar con la mayor contundencia y sin la menor dilación. El Gobierno, como garante de los derechos de todas y de todos, no podía hacer otra cosa que lo que ha hecho: amenazar con la aplicación del artículo 155 de la Constitución para suspender la autonomía de Castilla y León, que es hoy una comunidad en rebeldía. Un lugar sin ley donde las embarazadas son obligadas a traer criaturas a este valle de lágrimas socialdemócratas. Desde que Vox dirige un departamento de Agricultura, otro de Empleo y otro de Cultura, la llanura castellana se ha convertido en una enorme granja al aire libre de mamíferas de dos patas, tal como sucede en El cuento de la criada, referencia onírica del feminismo gubernamental.