
Hay gente a favor de la vacunación y hay gente en contra, y cada cual tiene sus razones. Yo, por ejemplo, estoy a favor porque no quiero perder suscriptores, y sin vacuna quizá usted ya estuviera muerto. Seguir con vida facilita mucho la lectura, incluso permite entregarse a debates apasionados sobre la conveniencia misma de mantenerse vivo, aunque solo sea para poder ciscarse un año más en Bill Gates y en las leyes australianas. Para ser un buen antivacunas primero hay que ser, a secas, pues la vida preexiste a la militancia. Un antivacunas muerto por covid ya no sirve para luchar contra el globalismo inmunológico, de modo que la manera más segura de seguir siendo antivacunas es vacunarse.