
Pero cómo no vas a estar cabreado. Viste a Sánchez juntarse con los del golpe y a Rajoy convertido en un bolso. Viste a Rivera hacer ascos a la derecha, vetar a Sánchez y a última hora levantarle el veto. Viste a Bildu dar lecciones de derechos humanos a Abascal y a Ortega Lara. Ves al peor gobierno de Europa tirándote encima a diario el cadáver de Franco desde la cumbre de una pila de 56.000 muertos por covid. Y acabas de ver a Pablo Casado retratando a Santi como un aliado encubierto del Frankenstein, uno tan vago como eficaz: basta su sola presencia para que el sanchismo no acabe, asegura ese niñato blandito que no se atreve a ilegalizar partidos ni a llamar genocida a Sánchez. ¿Casado? Un traidor más.