
El español que se asome a los análisis del discurso de Sánchez se encontrará con expresiones más o menos consensuadas por esas víctimas habituales de la inmediatez y el tópico que son los periodistas. Expresiones como giro a la izquierda, podemización, iniciativa política, reconexión con los votantes, vuelta a los orígenes, huida hacia adelante. Todos estos análisis, acertados o no, parten de un error perceptivo que a estas alturas no podemos perdonar: el error de tomarse en serio lo que Sánchez dice, anuncia, promete o jura sobre la tumba de Pinocho.