
La hipótesis Arriola estaba compuesta de cuatro premisas. Primera, España es sociológicamente de izquierdas. Segunda, la derecha solo gana cuando la izquierda se queda en casa. Tercera, la derecha moviliza a la izquierda cuando intensifica los acentos conservadores de la batalla cultural. Cuarta, el votante de derechas es más disciplinado, sensible al voto útil aun con la nariz pinzada. Conclusión: solo un PP centrado puede ser un PP ganador.