
Me preguntas cómo es un linchamiento y me confiesas el temor a que un día te pase a ti. Bien. De mi modesta e indeseada experiencia quizá pueda extraer algún consejo.
Debo serte sincero: te pasará. Si sigues depositando personalidad propia en tus opiniones será inevitable que topes contra la corriente -de izquierdas, de derechas: las corrientes son varias-; y si esa personalidad te procura algún éxito profesional, será inevitable que te linchen. Tarde o temprano te tocará. Agradable no es, ya te lo adelanto. Pero cuando estés en ese trance no pienses en ti. Recrearte en la autocompasión lo empeoraría. No eres tú el que debe ser compadecido, sino ellos.