
A Normal Mailer le gustaba discutir, sobre todo en las fiestas. En una de ellas se acaloró con Gore Vidal, perdió definitivamente los papeles y acabó tumbando a su interlocutor de un puñetazo. Mientras se levantaba satisfecho del suelo, Vidal sentenció el combate: «Otra vez han vuelto a abandonarte las palabras, Norman».
El sapiens es el único animal que desarrolló un aparato fonador para poder imponerse sin recurrir a la violencia. Sin embargo su evolución no está del todo conseguida, según nos recuerda periódicamente el antifascismo de adoquín. En su regresión cavernaria la izquierda recurre a la piedra y al palo, tecnología que Einstein ya vaticinó para la Cuarta Guerra Mundial. Y no cabe descartar que al fondo de los barrios que aún creen suyos encontremos pronto manos marcadas en rojo o cabezas de bisonte facha como en la cueva de Altamira, que es una forma de articular la identidad política poco sofisticada pero más emotiva que un programa fiscal.