
Se busca candidato socialista a morir en la arena municipal de Madrid. Cabezas gachas en Moncloa bajo la ráfaga de los ojos de Sánchez. El césar necesita gladiador o gladiadora para pelear el tercer puesto en el palacio de Cibeles, ese coliseo modernista levantado sobre una pila de cadáveres del PSM. Ministros aterrados filtran a la prensa nombres calculados para matar dos pájaros de un tiro: salvarse ellos y liquidar a un enemigo, es decir, un compañero de partido. En los despachos ministeriales los móviles vibran al ritmo de un marcapasos: cada timbrazo puede ser Pedro invitándote cordialmente a protagonizar los idus del mayo madrileño. Así no hay quien trabaje por la clase-media-trabajadora-de-este-país.