
Y al tercer día amaneció un sol de abril como Dios manda que mismamente parecía el primer miércoles de la creación. Para implorar el fin de la desesperanza la víspera hubo que sacar por el Bernabéu a la cofradía del Santo Exterior de Luka Modric, taumaturgo croata que viene saliendo por toda Europa las últimas diez primaveras: solo él conoce los inescrutables caminos de la luz cuando todo está oscuro. Y mientras el milagro del gol se producía en Madrid, el milagro del sol se preparaba en Sevilla.