
El pintor se casó con una mujer cuya sola presencia aligeraba la pesadumbre de vivir. Aquella señora de rojo sobre fondo gris fue el nombre que dio Delibes a su inspiración. Y como supo que no la recuperaría se puso a escribir sobre la pérdida, que era lo único que conservaba. Sin señora de rojo solo queda el fondo gris.
Con las derrotas políticas no se hace casi nunca buena literatura, y ni la sabia Castilla es una excepción. De estas urnas salen tantos fracasos que nos faltan colores para pintarlos. Fracasa el bipartidismo, fracasa la nueva política y triunfa el populismo, que siempre es un fracaso retardado, una promesa que incorpora necesariamente la espoleta de la traición.