
Traiciona y vencerás. O no.
El siglo XXI será espiritual o no será, profetizó Malraux. A despecho de la sana desafección que tanto echamos de menos, la profecía de Malraux se va cumpliendo en la politización de los fanáticos, que se niegan a perder la fe en los milagros que los populistas les tienen prometidos.
Cuando la religión suplanta a la política, la herejía es la única forma de salvarse. Tanta desconfianza inspira un ortodoxo como interés despierta un buen traidor, porque la traición es a la política lo que el gol al fútbol. Hay votantes de izquierdas y de derechas que siguen la actualidad como la homilía del domingo, feligreses atentos a mínimas desviaciones, prontos al chivatazo ante el santo oficio de las redes sociales por donde patrullan insomnes los chicos y chicas de antorcha y algoritmo, comisionados por su secta para dar otro Servet al infierno. Actualizan la España negra en internet, resentida como un tizón abandonado, que advierte una claudicación en cada pacto y sospecha una prebenda en cada cambio de opinión.
¿El niñato tiene que vivir de algo hasta mayo? ¿Y qué era antes, Pitagorín? ¿Sus exsocios, contrincantes, club de fans y brigada de demolición qué son, jóvenes de espíritu? ¿Los infantes de Aragón? …uy, perdón, parece que se me vá. Quería decir que la politica se hace con personajes así: «mostró una idea bastante flexible de las lealdades de partido», que decía la Enciclopedia Americana de no sé quién. Hombre, claro. Para inflexible el berrueco de Viriato; los demás, diplomacia renacentista. Por cierto, ¿Conocerá Roca Barea el libro de Garrett Matingly sobre el asunto? Seguro que sí y que la pregunta es una pedantería, pero me recuerda el libro tanto a su héroe de la Colombia del descubrimiento que no he podido callármela.
¡Buenas tardes!
A nadie le parece extraño que Manuela Carmena e Iñigo Errejón se hayan reunido en una agrupación cuyo nombre, Más Madrid, lleva utilizando el ayuntamiento de la capital como eslogan en toda su publicidad institucional (y también en los pasos de cebra).
Genial. “Cuando la religión suplanta a la política, la herejía es la única forma de salvarse”. Me lo apunto como lema 😃.