
Para que no le acusen a uno de antisanchista superficial, como si lo fuera por moda y no por convicción, viraré el foco de la persona a su obra.
La obra política del sanchismo recibe entre los académicos el nombre de polarización, fenómeno moral que adopta la forma de paja en el ojo ajeno, ojo que por definición pertenece a un facha. Como lamenta un politólogo de cámara en una de las geniales viñetas de Daniel Gascón, no estaríamos tan polarizados si todos pensáramos igual que el Gobierno. En consecuencia, la solución que propone la ciencia política independiente con base en Ferraz para acabar de una vez por todas con la polarización es la autocracia. La evidencia empírica de esta fórmula reside en las Cortes franquistas, que al decir de nuestros mayores eran una balsa de aceite: ni un grito ni una mala cara ni una camiseta con mensaje. Cero por ciento de polarización, oiga.