
Parar los relojes es cosa de meigas o de buenos toreros, y debe de ser por eso que la nueva dirección del PP, que aspira a reanudar la España interrumpida en 2018, nace del entendimiento entre Galicia y Andalucía. Feijóo no concurrió entonces a la presidencia del PP porque exigía una condición: la falta de condiciones. Exigía ser aclamado, y cuatro años después el naufragio de Casado le brindó por fin la rendición incondicional del partido.