
Todos los españoles se han pronunciado ya sobre el sábado de cuchillos largos de Sánchez menos los separatistas, que gustan de opinar y saben tanto de cainismo como cualquier español. Se mantienen sospechosamente callados mientras calibran el efecto del pendulazo monclovita sobre sus intereses. «¿Por qué Iceta no ha cobrado el protagonismo que nos prometían? ¿Qué significa que una manchega de Page sea la nueva portavoz del Gobierno? ¿Se habrá dado cuenta Pedro de que a él también le estábamos tomando el pelo? ¿De que no tenemos intención de elegir entre su financiación y nuestra república, pudiendo tener las dos?»