
Luis Enrique coronó su personaje cuando decidió no convocar a ningún jugador del Madrid por primera vez en la historia de la Selección, pero ha terminado copiando la trayectoria del equipo blanco en competición europea: alcanzó (de blanco) las semifinales de la Eurocopa como los de Zidane se plantaron inopinadamente en las de Champions. Ambas plantillas se reivindicaron contra el juicio de los expertos: Zidane estirando la veteranía y Luis Enrique explotando la juventud.