
Nadie sabría decir en qué momento alcanzamos los españoles la inmunidad de rebaño, pero hace tiempo que vemos pasar los escándalos como las vacas el tren. Recuerdo los escándalos del PP de Rajoy, que fueron plurales y bochornosos, y recuerdo que todavía nos encolerizaban, que los medios no hablaban de otra cosa y que mandaban a sus reporteros a los domicilios de los políticos escandalosos. Recuerdo a Rita Barberá muriendo imputada en un hotel que debería haberse llamado Hotel Chelsea.