Buzo vírico.
Para una vez que Fernando Simón está en su sitio lo colman de críticas. A Simón no hay que reprocharle que se vaya a bucear con Calleja, el montañero con jeta de Owen Wilson que subió a Sánchez a un molinillo iberdrolo y lo colgó del paquete, y luego le presentó uno de esos libros suyos que no escribe él. A Simón hay que reprocharle que vuelva a tierra a seguir tezaneando la pandemia para su señor.