Archivo mensual: agosto 2020

Cayetana no sabe militar

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Política francesa.

Ya puede escribir Cayetana Álvarez de Toledo un libro sobre su caso titulado «El malentendido». Será un libro bien escrito, lo que sin duda su ¿antiguo? gremio tomará como una nueva provocación, porque hoy un partido es una factoría de ágrafos alineados. Y será un libro melancólico, jovellanesco, donde explicará por qué cometió el error de meterse en política por segunda vez. Pudiendo ejercer el periodismo, que es la política sin responsabilidad, y decir su verdad quizá desatendida pero blindada a toda represalia fuera del gusto del lector, se empeñó en militar bajo Rajoy primero y bajo Casado después.

Pero CAT, pese a su marcial apellido, no sabe militar. Contra ambos liderazgos, el de Rajoy y el de Casado, ahormados por la ley de hierro de la oligarquía mucho más que por los temperamentos personales de cada jefe, se han terminado estrellando su obstinada concepción de la política como una épica batalla de ideas racionalmente defendidas en el ágora y su nulo instinto de poder para sobrevivir en la política real: un turbio negocio donde se trafica con emociones simples hacia afuera y con lealtades complejas hacia dentro.

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31 agosto, 2020 · 8:06

Sergio Ramos, el último cipotudo

15964564807527No será el más exquisito ni quizá el más laureado, pero es el único futbolista que juega como si acabara de apearse de su propia estatua ecuestre. Y cuando acaba el partido, Sergio Ramos vuelve al parque donde se levantan los monumentos a los héroes de la patria, se encarama a su pedestal y se petrifica para seguir ejerciendo de gloria nacional el tiempo que media hasta el próximo compromiso sobre el césped. Noble y bélico adalid, caballero del honor.

Ramos es un cipotudo nato, un hombre que sobrelleva con asombrosa naturalidad la convivencia con su grandeza. El día que fue presentado en el Bernabéu, recién fichado del Sevilla por una cifra exorbitante -27 millones de euros de 2005 por un defensa de 19 años-, ya empezó a escandalizarnos su desparpajo. Allí estaba ese crío, llegando al vestuario de Zidane, Roberto Carlos, Raúl, Beckham o Ronaldo, mostrando con sonrisa suficiente el dorsal número 4 que acaba de dejar vacante nada menos que Fernando Hierro. Hoy Hierro es el tipo que una vez llevó el 4 de Sergio Ramos.

Nació en Camas, seguramente en un descampado, aterrorizando a las piedras contra las que chocaban sus tiernas rodillas al caer. Dejó tal huella en las categorías inferiores del Sevilla que ni le han perdonado su marcha ni se la perdonarán jamás; a él, que como Gengis Kan en el fondo es un sentimental, los abucheos en el Pizjuán todavía le duelen y ha tenido la debilidad de confesarlo más de una vez. No quiere entender que cada pitido furioso de los Biris, los ultras sevillistas, suma el más sinfónico tributo de admiración a que puede aspirar alguien criado en Nervión pero demasiado incontenible para caber entre sus orillas.

La virilidad de Ramos es tan arquetípica, tan caudalosa, que si Zorrilla reviviera lo convertiría en protagonista de un Don Juan cani de masas. De hecho, sus ilegales apuestas estéticas no son más que intentos infructuosos de matizar esa masculinidad animal que le constituye y que se derrama por el timbre cavernoso de su voz o la fijeza escalofriante de su mirada de escualo.

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13 agosto, 2020 · 13:48

La caza del tibio

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Cazador.

A Raúl del Pozo siempre le ha interesado el ruido de la calle. Dudo que se pueda ser periodista de otra manera: uno aprende que el periodismo consiste en extraer alguna melodía del estruendo diario, y resulta tan tentador ponerse a bailar al son de otros como quedarse sordo a la injusticia cierta. El problema es que ahora el ruido no se siente tanto en la calle como en las redes, que son las avenidas del decibelio, las trochas del exabrupto, los túneles del odio y los senderos de la traición. Raúl pega el oído a la red y me llama: «Ha empezado la caza del equidistante. Toca elegir bando, hay que ser facha o rojo. Pero yo soy de lo que me sale de los cojones». Y ese cojonudismo no es la irracionalidad ibérica que denunciaba Unamuno, sino el genuino talante liberal que suele atesorar quien no va presumiendo de rótulo ideológico.

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12 agosto, 2020 · 18:17