
Unos fans sin rostro esperan en un garaje a David Bisbal a la salida del concierto. En cuanto los ve el artista no duda: se dirige hacia ellos con cuatro zancadas elásticas, irradiando determinación y ahogando cualquier señal de cansancio bajo una máscara de simpatía que en absoluto parece una máscara. Es ahí, en esa decidida maniobra de aproximación, donde reside la clave fenomenológica del vídeo viral. Solo después de plantarse ante sus fans y mirarles a la cara, cambiando las alturas para asegurarse de que cada uno cruza los ojos con los suyos, pronuncia Bisbal el sermón de las 17 palabras:
-Cómo están los máquinas, lo primero de todo. ¿Estáis bien? Pues venga, vamos a echarnos una fotillo.