
El puñado de periodistas o aspirantes a serlo que integra Twitter pasó un domingo entretenido comentando las portadas de EL MUNDO y de El País. Así debe ser: vivimos de que nos comenten. Dos portadas muy dispares en apariencia: ellos apostaban por la debilidad mental, con tribuna de Sánchez, y nosotros por la entrevista políticamente indeseable de Latorre a Álvarez de Toledo, a quien hasta sus enemigos reconocen una salubridad amazónica. Pero quizá todos hablábamos de lo mismo: el grado de autonomía de la razón en nuestra sociedad.