Phelps en el dique seco

Michael Phelps anda tan perdido en Tokio como Bill Murray. Ha ido allí de comentarista igual que el protagonista de Lost in Translation fue a rodar un anuncio, pero ambos comparten el mismo extravío existencial. Desconcierta ver a Phelps en unos Juegos en los que no compite, y al primero que le desconcierta es a él. Ha confesado a la prensa que no sabe qué hacer cuando no nada o cuando no comenta la forma de nadar de los demás. Durante un cuarto de siglo delegó su autonomía en una voz que le ordenaba dónde ir y a qué hora, qué comer, cuándo dormir, cómo entrenar. La gloria olímpica exige renunciar al libre albedrío, y nadie se alienó tan bien como Phelps en pos de su sueño sobrehumano. Lo realizó como nadie antes, como seguramente nadie después. Phelps trascendió el periodismo para ingresar en la mitología y se metamorfoseó en pez, desarrolló branquias y aletas, llegó a desconocer el agua de tanto vivir en ella, como en el cuento de Foster Wallace. Y como ocurrió hace miles de millones de años, el pez debe ahora evolucionar a hombre. Solo que Michael no tiene tanto tiempo.

Leer más…

Anuncio publicitario

Deja un comentario

27 julio, 2021 · 9:54

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s