
Cantaba Astrud que hay un hombre en España que lo hace todo, y ese hombre, por desgracia, no se lleva comisión. Hay un español que no puede ser noticia, porque el día que lo sea todo un país habrá fracasado, pero no por eso olvidamos que existe. Es un español -es una española- que pone cansadamente las noticias, y una vez informado ha de convencerse de que sus impuestos llegarán a una viuda extremeña, a un viejo solitario y al maestro de una escuela de barriada. Es un español de clase media que hace números y se descubre más pobre y le nacen motivos para la cólera, la fanatización o el nihilismo, pero esos motivos topan con su insidioso sentido de la responsabilidad.