
Usted no se acordará, porque ocurrió siendo España una democracia constitucional donde el adjetivo aseguraba la salud del sustantivo, pero Santos Cerdán fue el hombre que voló el puente entre el PSOE y Cs. O mejor dicho, entre los últimos pudores de la tradición socialdemócrata y el sanchismo desorejado. Aquel puente socioliberal de 180 escaños solo existía en la fértil imaginación de unas pocas almas bellas que hacían olímpica abstracción del único factor determinante en política: el factor humano. A veces demasiado humano. La cruda realidad no huele a paper académico sino al sudor de cuatro machirulos metidos en un Peugeot.













