
Que al diario gubernamental le duela el silencio gubernamental es comprensible y nos mueve a la solidaridad. El doliente editorial del lunes hay que inscribirlo en el género de la égloga, que da cauce a un amor no correspondido por el desdén de la idealizada pastorcilla, pese a que el altivo Galateo que los mortifica pastorea el país con ademanes de lobo. Por qué nos castigas con el flagelo de tu mutismo, Pedro de pétreo corazón. Adónde marcharon tus felices filtraciones. Cuándo recibiremos el tenor literal de tu designio amnistiador para poder trasladarlo, debidamente embellecido, al pueblo sediento de concordia. Y bucólicos lamentos por el estilo.






