
Antes de dirigirse hacia el tirador, a Ahmed al Ahmed se le oyó decir: «Voy a morir, díganle a mi familia que he bajado para salvar la vida de unas personas». Si preguntáramos al héroe de Bondi Beach quién le mandó bajar a morir por un puñado de desconocidos, siendo padre de dos niñas a las que iba a dejar huérfanas, quizá respondería que escuchó la llamada de Alá. Pero si preguntásemos al terrorista al que Ahmed logró inmovilizar, quizá respondería que también oyó la voz divina. Solo que a él lo llamaba a la guerra santa contra los perros judíos mientras que a Ahmed, musulmán como él, lo invitaba a dar su vida por esos enemigos ancestrales del islam que celebraban Janucá en la playa. ¿Quién se comportó entonces como un buen musulmán?













