Cómo hacer de Madrid una metrópoli con un lápiz

A Madrid siempre lo han definido mejor los de fuera, a veces con la palabra, otras veces con la técnica y siempre con su desvelo, con su confusión de recién llegado y su orgullo de madrileño fetén pasados cinco minutos. Fue un gallego quien localizó el aire de la ciudad en algún punto entre Navalcarnero y Kansas City, y fue otro quien se ocupó decididamente de que dejara de ser ese lugarón manchego poblado por subsecretarios para romper en metrópoli moderna. El rompeolas de todas las provincias, desde la entraña misma del monumento que él imaginó y hoy ejerce de consistorio, devuelve ahora el caudal de su gratitud a Antonio Palacios cuando se cumple siglo y medio de su nacimiento.

Leer más…

1 comentario

15 abril, 2025 · 8:37

Una respuesta a “Cómo hacer de Madrid una metrópoli con un lápiz

  1. Avatar de Cualquiera Cualquiera

    Hace ya sus añicos que busqué bibliografía palaciega para regalar a una aveniente de Madrid y sólo encontré un panfleto vietnamita básico con unas fotografías … el hecho de que algunos edificios fueran, por situación y tamaño, unas protogalerías Sepu no quita curiosidad a esas placentas de cristal que los envuelven (Calle Mayor, Gran vía) diferenciándolos del eterno balconaje mesocrático. Del palacio de prensa no tengo opinión aparte de que fue una pena que los jardines del buen Retiro perecieran bajo la picota. El hermano gemelo de ese edificio. el hospital de jornaleros, si que me hace gracia, surgiendo como un oasis en medio del desangelado lugar donde lo hace. Me recuerda el periodo maya de Lloyd Wrigth al cual, si no recuerdo mal, se anticipa. La luneta enorme del Bellas Artes sí que presenta un art decó neoyorquino -veinte mil veces habremos visto al boss fumando delante del enorme luneto en la película de turno- que me encanta ponderar con un brandy en las manos cada vez que viajo y me repantingo en el jardín de la trasera del Banco de España. Aunque la arquitectura eterna de Madrid me parece a mí que es, ejemplo preclaro, la de la plaza de Chamartín -no, no es el Chamartín que todo el mundo conoce, sino Chamartín de la Rosa, exactamente igual a lo que sería en el siglo xvii- o el edificio de apartamentos de la calle de los señores de Luzón, con sus contraventanas verdes parientes reconocibles de lo que puede ud ver en Almagro. Mancha eterna, con subsecretarios o sin ellos

Deja un comentario