
Incurrió L’Équipe en la temeraria provocación de titular con el «No pasarán» y a España no le quedó más remedio que empecinarse en pasar. Para hacer historia al equipo de Luis de la Fuente solo le faltaba la rabia, la vieja furia española que parece erradicada del fútbol contemporáneo. Hoy el talento y la táctica se presuponen pero el carácter no se enseña: se demuestra. Aflora en edades tempranas y se aloja en el corazón, no en las piernas. El gol de Yamal reunió la personalidad con la técnica, la maestría con el coraje. Un adolescente con la ESO recién aprobada ideó un disparo legendario a la escuadra tras desequilibrar a su marcador con un golpe de pelvis y devolvió a España el latido apagado por un gol madrugador de los franceses. No creo que Lamine sea del todo consciente de lo que ha hecho. Tendrán que explicárselo en clase detenidamente.






