
Querido diario. Acudo a ti porque ya no me queda nadie. Me han cancelado, como se dice ahora. Al menos por un tiempo, según me ha prometido María Jesús. Que por cierto, se está poniendo muy resultona. Mira que yo nunca había pensado en ella de esa manera, pero entre la vicepresidencia, la vicesecretaría general, el ministerio y la candidatura a la Junta se le está quedando un tipín que antes no tenía. La responsabilidad adelgaza: las cosas como son. Por eso, a pesar de toda la basura que están esparciendo para manchar mi nombre, yo he sido siempre un firme defensor del acceso de las mujeres a puestos de dirección. Y si no llegan, al menos que ronden cerca de los que sí llegamos. Cuanto más cerca, mejor.













