De todas las rimas de la historia no viviríamos otra como la caída simultánea del chavismo y el sanchismo, dos ismos chochos conectados por algo menos inocente que una aliteración: conectados por el socialismo codicioso de un expresidente español. Hace mucho tiempo que José Luis Rodríguez Zapatero perdió la «bobería solemne» que le atribuyó Rajoy y descubrió en el fondo asombrosamente simple de su conciencia las viejas pulsiones coloniales. Ni su militancia en el Grupo de Puebla obedece al mero odio a la derecha ni su minuta por representar internacionalmente al dictador de Caracas es precisamente modesta, como a estas alturas bien sabe su notario.
¡A los molinos! 
«Recordé la frase de nuestra primera conversación: «Si necesitan ayuda, nos la piden. Seremos malos para producir, pero ¡para pelear si que somos buenos! – Jorge Edwards sobre Fidel Castro
«la anécdota de le declaración de Castro reprobando la invasión soviética de Checoslovaquia en 1968, cuando afirmó que cada país debía ser dueño de su destino. Una semana después, Castro se retractó y justificó la invasión […] Greene pensaba que estos [Dorticós u otro miembros de la extrema izquierda susceptibles de suceder a Castro] eran figuras decorativas del régimen cubano, pero el embajador le aseguró que tenían auténtico poder» Carlos Vilar Flor en ‘Las andanzas de Graham Greene por España y Portugal’
Ya hace tiempo que oí todo esto. Sansón ¿cuándo querrás echar abajo el templo de los filisteos?