
Nuestro galán demediado protagonizó en el Congreso el penúltimo thriller de su carrera. Una escena altisonante de género híbrido, entre la chulería genital de Tony Montana y el gótico aparatoso de Guillermo del Toro. Se trata de morir matando, con la cara cubierta de pólvora y la bayoneta apoyada en el muñón, disparando contra el PP autonomía por autonomía. La escena tiene fuerza, no lo vamos a negar. Dimitido Mazón, ningún presidente ha deseado con tanta desesperación seguir siéndolo aun cuando la presidencia hace tiempo que huyó de su futuro como alma que lleva el diablo.






